Cuando oímos hablar de un dispositivo wearable, lo primero que puede venirse a nuestra mente es la de un dispositivo futurista, propio de las películas de ciencia ficción. Pero son algo muy real e implantado en nuestro día a día. Desde pulseras o relojes inteligentes, hasta gafas y auriculares, los usuarios disponemos de una gran variedad de ellos. Pero, ¿somos conscientes de sus riesgos y vulnerabilidades? Poco a poco, el confinamiento va dando paso a las fases de desescalada con las que poder volver a la normalidad. Las primeras fases permiten salir a hacer algo de deporte y muchos de nosotros vamos a aprovecharlo para poner a prueba nuestros dispositivos wearables. Estos dispositivos interactúan con el cuerpo humano de forma directa o indirecta, recogiendo datos y aportando información útil de todo tipo al usuario. A día de hoy, hay una gran variedad de ellos, como gafas, ropa, e incluso joyas o complementos de moda, aunque los más comunes siguen siendo los relojes o pulseras inteligentes. Los favoritos de los usuarios son aquellos adaptados para el entrenamiento físico y el deporte, que permiten compartir en redes sociales nuestras rutinas y logros de entrenamiento. Otros están adaptados para recoger y medir datos sobre nuestro estado de salud, como por ejemplo los niveles de azúcar en sangre o el ritmo cardíaco. Sus ventajas y funcionalidades son muchas, pero, como cualquier otro dispositivo inteligente, no están exentos de riesgos, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de información personal que registran. Entonces, ¿cómo de seguros son los dispositivos wearables? La información que pueden manejar ciertas aplicaciones de wearables, como la ubicación o datos de salud de los usuarios, representan un botín muy jugoso para los ciberdelincuentes. Y, al igual que ocurre con los dispositivos IoT de nuestros hogares, las vulnerabilidades son tanto de nivel técnico (brechas e incidentes de seguridad) como a nivel de usuario (no actualizar software, uso de contraseñas débiles, caer en ataques de ingeniería social). Si nos aseguramos de llevar a cabo una configuración segura de nuestros dispositivos y estamos concienciados con nuestra seguridad y privacidad llevando a la práctica hábitos ciberseguros, nuestros datos estarán a salvo. Pero si no, los riesgos a los que se exponen nuestros datos personales son muchos. Además, lamentablemente, no siempre depende de nosotros y las medidas de seguridad del propio dispositivo pueden no ser suficiente para proteger la información que contienen por la falta de medidas de seguridad que traen implementadas por defecto.
¿A qué riesgos nos exponemos? Normalmente, los wearables se conectan a los servidores o la plataforma del fabricante mediante una aplicación móvil, mientras que la conexión entre móvil y dispositivo suele ser inalámbrica y, en la mayoría de las veces, por Bluetooth. Esto, sumado a los datos que manejan, supone que nos expongamos a una serie de riesgos, como son:
En ocasiones, incluso algunas funcionalidades como la geolocalización pueden estar siempre conectadas. Si necesitas consultar cualquier tema relacionado con la ciberseguridad, recuerda que tienes a tu disposición la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE en el teléfono gratuito 017.En conclusión, antes de adquirir cualquier dispositivo wearable, asegúrate de analizarlo detenidamente y contrastar las ventajas que nos aportan y los riesgos a los que nos exponemos al utilizarlos. Infórmate para poder disfrutar de todas las ventajas que esta tecnología nos ofrece. Los comentarios están cerrados.
|
AutorHUMEDAL INFORMATIK Archivos
Diciembre 2020
Categorías
Todos
|